
En una historia que parece sacada de un cuento de hadas futbolístico, Aymeric Laporte está a punto de regresar al Athletic Club de Bilbao, el lugar donde comenzó su camino hacia la élite. Según fuentes cercanas a ambas partes, se ha alcanzado un acuerdo verbal entre el jugador y el club, preparando el escenario para un regreso impactante que podría hacerse oficial en las próximas semanas.
Laporte, que dejó San Mamés en 2018 rumbo al Manchester City en un traspaso récord en su momento, ganó desde Premier Leagues hasta copas nacionales, consolidándose como uno de los defensas centrales más fiables de Europa. Pero ahora, como un general experimentado que regresa para fortalecer los muros de su antiguo castillo, Laporte está listo para aportar su liderazgo, disciplina táctica y experiencia de élite de vuelta a tierras vascas.
Los aficionados del Athletic llevan años soñando con su regreso — un sueño que ahora está más cerca que nunca. A sus 30 años, Laporte aún tiene gasolina en el tanque y sabiduría en las piernas. Su presencia no solo reforzaría la línea defensiva, sino que enviaría un mensaje claro: el club está preparado para competir al más alto nivel, quizás incluso en Europa. Este movimiento es simbólico — un retorno a los orígenes, un reencuentro con la identidad, y un puente entre un pasado glorioso y un futuro ambicioso.
De Bilbao a Mánchester y luego a Riad, el camino de Laporte ha sido el de un guerrero nómada, recolectando trofeos y perfeccionando su oficio. Ahora, el círculo está a punto de cerrarse. Su regreso no se trata solo de táctica o contratos — se trata de pertenencia. En San Mamés, los cánticos de “¡Laporte, Laporte!” podrían volver a escucharse, esta vez con más fuerza y emoción que nunca.
Mientras solo faltan firmas y formalidades, la expectación es máxima. Para el Athletic Club, esto no es solo un fichaje — es una declaración. Y para Laporte, no es solo un traspaso — es un regreso a casa.